Turobrigaa

VISITA AL ENCLAVE ARQUEOLÓGICO DE TURÓBRIGA

Actividades fin de semana en Aracena,   -   7 Marzo, 2019

Desde que éramos pequeños una gran mayoría de nosotros nos hemos visto atraídos por las películas de romanos, esas donde aparecían emperadores, legiones, gladiadores, carreras de cuadrigas, circos con temibles fieras… El pasado, el mundo que fue de una civilización que dominó buena parte del mundo conocido y que nos dejó su lengua, el latín; el Derecho Romano, que emana del Código de Justiniano; avances en medicina, gracias a la enciclopedia del conocimiento médico de Galeno o los primeros esbozos de la sanidad pública; una amplia red de caminos que recorren buena parte de España; el recuerdo de grandes ciudades e, incluso, tres emperadores nacidos en Hispania, Adriano, Trajano y Teodosio.

Dejar volar nuestra imaginación hacia aquellos tiempos ya tan lejanos es lo que nos ofrece la visita al Enclave Arqueológico de Turóbriga, en la localidad de Aroche, en pleno corazón del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Se trata de una ciudad hispanorromana y el único yacimiento de estas características que puede visitarse en la provincia de Huelva. Sus orígenes se remontan a tiempos del emperador Augusto, a finales del siglo I a.C. y suponen la culminación de un proceso que se inicia a mediados del siglo II a.C. con la conquista de la Baeturia Céltica, territorio del que formaba parte la sierra onubense.

La función de este enclave en aquella época fue la de establecer un control generalizado sobre una zona conflictiva de la Baeturia Céltica, poblada por unos pueblos, el turdetano y el ‘baetúrico’, según las crónicas de Tito Livio, que opusieron una gran resistencia a la conquista del Imperio Romano. Durante algún tiempo, los pobladores de esta región se mostraron muy insumisos al poder de Roma, apoyando las luchas de Viriato y de los caudillos lusitanos en sus ataques a toda la zona del valle del Guadalquivir.

Solo a finales del periodo republicano pudo ser pacificada esta región, siendo el emperador Augusto quien decide fundar una ciudad con el aporte de poblaciones del entorno (celtici), así como de colonos latinos. Su mayor crecimiento y desarrollo urbanístico se producirá en el siglo I d.C., durante los principados de Calígula y Claudio, momento en que se lleva a cabo la construcción del Foro, diseñando una plaza porticada donde se aglutinarán las funciones judiciales, administrativas y religiosas. Ya en época Flavia será cuando se levanten las termas y el Campo de Marte.

El momento de mayor esplendor y consolidación de la ciudad se produce durante los gobiernos de Trajano y Adriano, mientras que su declive llegará a mediados del siglo III d.C., en época de Los Severos, siendo abandonada de manera paulatina y sirviendo algunos de sus edificios como cantera para la construcción o ampliación de las numerosas Villae Rusticae documentadas en sus inmediaciones. Más tarde también se usarían sus piedras para la construcción del Castillo de Aroche y de la Ermita de San Mamés.

Una visita al yacimiento permite observar que Turóbriga estaba dotada de una muralla, más como símbolo de prestigio que con función defensiva, que separaba el campo de la ciudad. Contaba, el menos, con dos puertas, una próxima al foro, en la zona Sur, y otra junto al Campus, en la parte norte. En el exterior se ubicaba el Campo de Marte, un gran espacio destinado a la práctica de actividades deportivas, luchas de gladiadores, asambleas, campamento de las tropas… y lugar en el que se rendía culto a Marte y sede del Colegium Iuvenum, asociación de jóvenes de la ciudad.

Todo el recinto interior estaba ocupado por caseríos, localizándose también varias viviendas señoriales decoradas con ricos materiales y objetos lujosos (Casa de la Columna, Casa Norte, Casa del Peristilo). En la zona central se hallaba el Foro, el auténtico corazón del centro urbano y desde donde se gobernaba y en el que se desarrollaban las actividades más importantes. Ya en el exterior, pueden contemplarse los restos de las necrópolis, lugares de enterramiento, junto a las puertas Norte y Sur.

Y para que este paseo por la historia sea completo, elegiremos como lugar de alojamiento un antiguo convento del siglo XVII, localizado en la vecina localidad de Aracena, con la que Aroche comparte protagonismo en el nombre del Parque Natural que forma parte de la cordillera de Sierra Morena. El Hotel Convento Aracena & Spa conserva todo el encanto del pasado, pero con las modernas y cómodas instalaciones que cualquier viajero puede exigir a un establecimiento hotelero de cuatro estrellas en pleno siglo XXI. El encanto de épocas anteriores lo encontramos en el claustro y jardines y la modernidad del hoy, en sus habitaciones, zonas comunes y en un relajante spa.

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