Hablar de Huelva es hablar del mar, de la playa, del sol, de barcas de pescadores… Pero Huelva es mucho más que eso. Su interior, su sierra, encierra una naturaleza exuberante. El azul del Atlántico se transforma en el verde de Sierra Morena. Y es que en sus estribaciones occidentales se encuentra el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, uno de los espacios protegidos más importantes de Andalucía.

Aracena es la capital de la comarca y quien da nombre a la Sierra. Esta semana comenzamos un recorrido, que continuaremos en la próxima entrega de este blog, por un pueblo de casas blancas que guarda todo el encanto de una localidad serrana y donde tendremos la posibilidad de hospedarnos en algún hotel rural con encanto y de calidad. La localidad guarda un rico patrimonio histórico-artístico, además de un hermoso paisaje dominado por amplias dehesas salpicadas de encinas, alcornoques, castaños y monte bajo y por bosques de galería que acompañan el discurrir de sus numerosos cursos de agua. Lugares por los que pasear, hacer senderismo, montar en bicicleta, practicar deportes de aventura, sentarse a descansar bajo la refrescante sombra de un árbol o avistar aves en una espacio que cuenta con parajes naturales declarados Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

Aracena, donde podremos encontrar algún alojamiento rural con encanto en el que hospedarnos unos días, sorprende al visitante en cada una de sus esquinas. Sus habitantes son gentes sencillas y amables a quienes les encanta recibir visitantes y contarles lo orgullosos que se siente de su pueblo. Y no es para menos. Su casco urbano, vigilado día y noche desde lo alto del cerro por el Castillo y la  Iglesia Prioral de Nuestra Señora del Mayor Dolor, fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 1991. Pasear por sus calles, contemplando sus casas blancas y saludando a los lugareños, es una delicia, ya que Aracena es una localidad llena de vida.

Son muchas las cosas que hay que ver en Aracena. Primero habrá que elegir un hotel rural de calidad que nos sirva como base de operaciones. La primera visita, casi obligada, tiene que ser a la conocida como Gruta de las Maravillas. Un espacio subterráneo tan bello como sorprendente. Y rodeado de multitud de leyendas. Fue la primera cueva turística de España cuando se abrió allá por 1914. Cuenta con un excepcional conjunto de galerías que la piedra caliza y el agua han ido modelando a lo largo de miles de años hasta convertirlo en un manantial de belleza inagotable. Este conjunto kárstico cuenta con salones, lagos y cursos subterráneos adornados por estalactitas, estalagmitas, columnas, gours, coladas, pisolitos, cortinas… que harán las delicias de mayores y pequeños.

Sobre el cerro que guarda en su interior esta preciosa cavidad subterránea y a cuyos pies podemos  conocer un hotel de cuatro estrellas en Aracena se encuentran otros dos de los monumentos más emblemáticos de la villa. Su Castillo parece estar vigilando siempre a Portugal. Su origen se sitúa en una antigua alcazaba musulmana, pero fue ya en época cristiana cuando alcanzaría su máximo  apogeo convirtiéndose en parte de la conocida como Banda Gallega. Un conjunto de fortificaciones levantadas para defender el Reino de Castilla de las invasiones de las tropas portuguesas y de las Órdenes Militares (del Temple y de Santiago) asentadas en el sur de Extremadura. Desde lo alto de sus torres se pueden divisar el Castilo del Cuerno, en Fuentes de León, o el Monasterio de Tentudía, en Calera de León, que dependían de la Orden Militar de Santiago.