Castilloarochee

FORTIFICACIONES BAJOMEDIEVALES DE LA CONOCIDA COMO BANDA GALLEGA (II)

Conoce Huelva,   -   19 Agosto, 2021

Hace dos semanas, justo antes de desviar nuestro camino hacia las estrellas, comenzábamos este paseo, bajo el impulso de un proyecto transfronterizo entre España y Portugal, por los castillos de la provincia de Huelva. Lo hicimos, en concreto, por la comarca de Aracena, donde habíamos elegido para alojarnos un hotel de cuatro estrellas con el encanto de un antiguo convento del siglo XVII. Son las edificaciones defensivas que forman parte del grupo conocido como Fortificaciones Bajomedievales de la Banda Gallega. Junto a las Fortificaciones Señoriales de la Tierra Llana, ubicadas en el Algarve y el Bajo Alentejo portugués, forman parte del proyecto cultural Fortours en torno a un total de 32 castillos de la Edad Media.

Elegida la localidad de Aracena, en pleno corazón del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, y un hotel rural con spa como campamento base, esta semana arrancamos nuestra incursión en el pasado viajando a Santa Olalla del Cala. Su castillo, mandado construir por Sancho IV en 1293 y cuya construcción es coetánea a la de la fortaleza de Cumbres Mayores, se eleva sobre un cerro desde el que se domina el importante paso de la Vía de la Plata, diseñada por los romanos para unir el norte y el sur de la Península y facilitar el comercio entre ambas zonas. Este bastión defensivo, que responde al estilo de una fortaleza cristiana gótica de influencia mudéjar en diferentes ámbitos, cuenta con una planta rectangular alargada, con diez lienzos de muralla y otras tantas torres, cuatro de ellas semicirculares.

Con el paso de los años el castillo se refuerza en varias ocasiones. La primera entre 1836 y 1837 a consecuencia de las invasiones territoriales de las Órdenes Militares asentadas en Extremadura y por la pugna entre castellanos y portugueses; y una posterior, entre 1466 y 1467 ante la inestabilidad política del Reino de Sevilla y la guerra civil desatada en Castilla entre los partidarios de Enrique IV y el infante Alfonso y por los constantes ataques de los denominados golfines, malhechores que en la Baja Edad Media deambulaban por la sierra de Aracena, zona donde encontraremos un alojamiento rural de calidad para unos días de ocio y descanso, asaltando propiedades y castillos. A los pies del castillo podemos visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida entre los siglos XIV y XVIII mezclando los estilos gótico, mudéjar y barroco.

Nuestro siguiente destino es Cala, localidad que cuenta con un castillo, construido en el siglo XI durante la dominación musulmana, que en la Edad Media dominaba la Ribera del Cala, frontera entre el Reino de Sevilla y la encomienda de la Orden de Santiago. Desde su posición, formando un entramado que vigilaba la Vía de la Plata, se divisan los castillos del Real de la Jara (Sevilla) y el de su vecina localidad de Santa Olalla, así como el monasterio de Tentudía (Badajoz). De planta casi rectangular, cuenta con cuatro torres rectangulares macizos en los ángulos y tres cubos semicirculares, construidos muy probablemente durante las reformas de 1385 y 1387.

La siguiente línea defensiva nos lleva hasta Cumbres Mayores, donde visitaremos el castillo de Sancho IV, construido con la ayuda de las tercias reales (aportaciones de la iglesia a las arcas reales) de varios lugares de la Sierra de Aracena, localidad donde encontramos un hotel rural de cuatro estrellas con spa. Dominando la Ribera del Sillo, la fortaleza es de planta octogonal irregular y cuenta con ocho torres, siendo de manera alternativa cuadradas y semicirculares, excepto en el lado oeste, donde encontramos dos semicirculares consecutivas. La puerta principal está flanqueada por dos torres unidas mediante un arco gótico sencillo, formando una segunda puerta. Y entre ambos existe un estrecho patio. Antes de la puerta encontramos una pequeña barbacana con entrada acodada.

Y acabamos en Cumbres de San Bartolomé, una vez que Fregenal de la Sierra ya pertenece a la provincia de Badajoz. Su castillo, curiosamente, se localiza en el casco urbano y, aunque no contaba con una posición dominante, servía para controlar visualmente la vertiente sur del río Sillo y el río Múrtigas. De planta rectangular, es una construcción simple de finales del siglo XIII o principios del siglo XIV con torres cuadradas y redondas.

Los tres siguientes castillos que visitaremos serán los de Encinasola, Aroche y Cortegana, desde donde regresaremos a nuestro hotel de cuatro estrellas con encanto en Aracena. El primero, construido en tiempos de Alfonso X el sabio, posee un perfecto control visual del valle del Múrtigas, río de mayor longitud de la sierra de la provincia de Huelva, y de la frontera de Portugal. Está ubicado en el centro de la población, rodeado por numerosas casas que fueron construyendo adosadas a sus muros una vez perdida su función militar. De planta trapezoidal, estaba protegido por cuatro torres cuadradas y circulares. La Torre del Homenaje albergó en su interior dos habitaciones superpuestas de las que aún son visibles el arranque de sus cubiertas abovedadas y las huellas de la escalera que la comunicaba.

El castillo de Aroche se cree que fue levantado sobre un antiguo anfiteatro romano, tal y como parece atestiguar una lápida ubicada en la Puerta de la Reina con la inscripción ‘impnerve esar avg.lib procuratr. Además, las crónicas musulmanas ya hablan en siglo X de la existencia de una fortaleza defensiva que podría estar relacionada con el enclave arqueológico del Llano de la Torre. Fue posesión morisca hasta su paso a manos de Sancho II de Portugal en 1263. No sería hasta 30 años más tarde cuando pase a formar parte del Reino de Castilla. Tiene una planta rectangular irregular y fue construida con tierra apisonada simulando sillares para engañar al enemigo. Contaba con diez torres de entre 4 y 5 metros, siendo las tres de los ángulos las de mayor altura, y tres puertas de acceso.

Llegamos, finalmente, al castillo de Cortegana, datado en fecha anterior a 1344 y localizado en la cumbre del cerro en cuyas laderas se asienta el pueblo. Tuvo una traza de planta rectangular, unos lienzos levantados con mampostería y contó con cinco torres cuadrangulares y una circular. Este recinto amurallado se compone de dos sectores, la cerca y el alcázar. La primera era la línea inicial de defensa del recinto; y el segundo, dentro de los límites de la muralla, era un edificio de reducidas dimensiones. Los estudios arqueológicos desvelan la existencia de un aljibe para dotar de agua a la población residente y una Torre del Homenaje que fue construida en época de los Reyes Católicos y que contaba con una única estancia abovedada. El espacio abierto más amplio de la edificación era el patio de armas.

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