La sierra norte de Huelva es un enclave privilegiado para quienes quieren estar en contacto con la naturaleza huyendo de los calores del verano y pasar unos días de ocio y descanso alojados en un hotel rural en la Sierra de Aracena. Su clima mediterráneo, al encontrarse en la zona más occidental de Sierra Morena, permite disfrutar de unas temperaturas suaves que nos invitan a practicar actividades como senderismo o rutas en bicicleta o deportes de aventura para quienes busquen emociones algo más fuertes.

Además, la comarca, conformada por 29 municipios y una población cercana a los 40.000 habitantes, cuenta con un rico patrimonio histórico-cultural y etnográfico, una gastronomía única que une tradición y modernidad y que basa sus sabores en los productos de la zona con el cerdo ibérico como principal estandarte, alojamientos rurales de calidad en Aracena y espacios tan sorprendentes como la Gruta de las Maravillas, un paseo inolvidable por las entrañas de la tierra.

El Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, donde podemos alojarnos en algún hotel de cuatro estrellas con encanto, nos muestra amplias dehesas en las que crecen encinas, alcornoques y quejigos, esencia de la comarca, además de castaños, madroños, lentiscos, romero y muchos otros tipos de arbustos. También cuenta con bosques de ribera que acompañan a los numerosos cursos de agua que serpentean por estas tierras. Y es que el agua es parte fundamental de la vida de este espacio del norte de la provincia de Huelva, cuyo centro neurálgico es la bella localidad de Aracena, donde podemos reservar un alojamiento rural con encanto y visitar lugares tan interesantes como su castillo, la iglesia prioral, la conocida como Fuente de Zulema, el Museo del Jamón o el Museo Andaluz de Arte Contemporáneo, el único de estas características al aire libre en la región.

Son muchos los pueblos que cuentan con fuentes que nos hablan de la importancia del agua para sus vecinos, pero quizás uno de los lugares más emblemáticos en esta relación sea la Fuente de los Doce Caños, en el bonito pueblo de Fuenteheridos. Esta construcción hidráulica se erigió en 1903 con el objetivo de encauzar la mitad del abundante manantial del que nace el río Múrtigas (la otra mitad discurre por detrás del paramento de la fuente y desemboca en ‘la lieva’ o acequia que nutre el riego de sus fértiles huertas). También recoge las corrientes estacionales del agua de lluvia de los barrancos de la Higueruela y la Juliana.

Cuenta la tradición que el agua cristalina, pura y fresca que mana de sus caños y proviene del interior de las grutas de calcitas y dolomías que atesora el pueblo en sus entrañas, posee capacidades curativas. Al parecer, en esa Edad Media plena de ardor guerrero, le era dada a beber a los numerosos heridos de las batallas entre musulmanes, castellanos y portugueses, además de usarse como medicina panacea para cualquier lesión de guerra.

Lo cierto es que aquí nace el Múrtigas, un río de algo más de 80 kilómetros que discurre también por los términos municipales de Galaroza, Jabugo, La Nava, Cumbres Mayores, Cumbres de San Bartolomé y Encinasola, y por las localidades portuguesas de Barrancos y Moura. Cuenta con los ríos Sillo y Caliente como afluentes y desemboca en el río Ardila, en Portugal. El discurrir del agua ha conformado un paisaje de frondosa vegetación y de enorme cantidad de huertas de frutas y hortalizas que convierten al Valle del Múrtigas en un auténtico vergel de la Sierra de Aracena, pueblo, este último, donde además podemos encontrar un hotel de calidad con spa y piscina para alojarnos con toda la familia.

En Fuenteheridos merece también la pena pasear y sentarse a tomar un refrigerio en su Plaza el Coso, nombre que proviene de que allí se corría los toros antes y después de la construcción de la plaza de toros en 1884 y que hoy en día es el epicentro de la vida del municipio. Preside este enclave, además de la Fuente de los Doce Caños, una impresionante cruz maciza de mármol realizada en 1792 con materiales procedentes de la cantera del propio pueblo. Y, por último, podemos acercarnos a conocer el Museo del Léxico serrano, una muestra gráfica del vocabulario y de las expresiones típicas, algunas en uso y otras ya en desuso, de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.