Se acerca el mes de mayo, empujada por una primavera que está llenando de flores los campos, y con él una de las fiestas más peculiares y populares de la localidad de Almonaster la Real, a muy corta distancia en coche de nuestro hotel con spa en Aracena. Una celebración con muchos de años de historia que, en pleno corazón del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, aúna tradición, riqueza y patrimonio, habiendo sido declarada de Interés Etnológico e incluida en el Catálogo General de Bienes Patrimoniales de la Junta de Andalucía. Una explosión de color, aromas, pasión y música en la que se involucran todos los vecinos de la localidad y que en cada ocasión atrae a un mayor número de visitantes.

Uno de los elementos que otorga mayor singularidad a esta fiesta, de la que podemos disfrutar teniendo nuestro campamento base en un hotel de cuatro estrellas en Aracena, localidad vecina y capital de la comarca, es la ‘rivalidad’ existente entre dos hermandades, la de la Cruz del Llano y la de la Cruz de la Fuente. Una rivalidad que se traduce en canticos como “¡qué importa que el Llano tenga / tres caballos y mucha gente / si el Llano siempre será / una copia de la Fuente”. Al que sigue la respuesta de los aludidos: “Dicen las callefuenteras / que el Llano es copia de allí / qué más quisieran la feas/ ese logro conseguir”.

Se trata de una fiesta que se ha ido transmitiendo de generación en generación en que la mujer adquiere un extraordinario protagonismo, una vez que su origen pagano nos remite al culto a la Naturaleza y a la fertilidad. El carácter religioso, sin embargo, ha ido ganando terreno con el paso de los años y ha convertido a las Cruces en el epicentro de unos actos que se celebran de manera idéntica por ambas hermandades, aunque cada una lo haga a horas diferentes, en esa intención de ser mejor que el rival.

El sábado 30 de abril, llamado sábado de Cruces, se celebra la Tarde de las Flores. Eso nos permitirá que durante la mañana podamos disfrutar de nuestro alojamiento con encanto en Aracena y visitar algunos de los lugares más emblemáticos de esta localidad. Cita obligada es la Gruta de las Maravillas, un espacio subterráneo que el paso del tiempo y el efecto del agua sobre la piedra durante siglos ha modelado de manera caprichosa y singular creando escenarios de nombres tan sugerentes como como la Sala de los Brillantes, la Cristalería de Dios, la Marmita de los Gigantes o la Sala de los Desnudos.

También podemos subir al cerro que domina la localidad, a cuyos pies se halla nuestro hotel con el encanto en la sierra de Huelva, para visitar el castillo, levantado por los monarcas castellanos para defender el Reino de Sevilla de los ataques de las tropas de Portugal y de las Órdenes Militares asentadas en el sur de Extremadura, y la iglesia prioral, considerado el templo más antiguo y emblemático de Aracena y declarado Bien de Interés Cultural en 1995. Si nos queda tiempo podemos descubrir toda la tradición que se esconde en la crianza el cerdo ibérico en el Museo de Jamón o empaparnos de cultura en las calles en el Museo de Arte Contemporáneo al Aire Libre, único de estas características en Andalucía.

Pero regresemos a la tarde del sábado 30 de abril y a la Tarde de las Flores de Almonaster la Real. Ese día, los asistentes a la fiestas conocen a las que serán la Mayordoma y las Diputadas que representarán a cada hermandad. Durante esa misma noche, y hasta bien entrada la madrugada, se celebra la Noche de los Pinos. Las calles del pueblo se llenan con los sonidos de los fandangos de los Pinos, que rompen el silencio de la noche en boca de las mujeres de la localidad. Será con la llegada de las primeras luces del alba cuando los hombres adquieren parte del protagonismo, ya que deben marchar al campo para traer los cuatro pinos que adornarán las cruces.

El 1 de mayo será el Domingo de Romero. Este 2002 contamos con la buena noticia de que la Fiesta del Trabajo, al caer en domingo, se traslada al lunes, completando un puente de tres días que podemos disfrutar en nuestro alojamiento de cuatro estrellas con spa en Aracena y nos permitirá disfrutar de esa jornada del domingo en que ambas hermandades de Almonaster realizan el mismo acto con distinto horario, la Cruz de la Fuente por la mañana, y la Cruz del Llano por la tarde.

Las mujeres, vestidas con el traje típico de serrana, se concentran en torno a sus respectivas cruces una vez que los cohetes han anunciado el comienzo de la celebración. Desde ahí marchan a casa de la Mayordoma que, acompañada de sus Diputadas, les espera con la bandera de la hermandad para unirse a la comitiva y regresar a su cruz. Desde allí ponen rumbo a la Era de la Cuesta para hacer entrega de la bandera al Mayordomo. Durante todo el camino, las vecinas de Almonaster cantan las coplas del Romero, donde se explica de manera didáctica las diferentes fases de este rito, al compás de panderetas, flauta y tamboril.

El traje de serrana (Almonaster es la única localidad que lo conserva en la comarca aracenense) está compuesto, principalmente, por zapatos negros con borlas de lana roja en el empeine, medias de cuchilla, enaguas blancas, falda, delantal, monillo o blusa negra con encaje de bolillo en el filo de la manga y mantón bordado, y se complementa con flores en el pelo y en el pecho, lazos y joyas. La rivalidad entre hermandades también llega a los vestidos, una vez que las mujeres del Llano llevan en la parte superior del monillo un encaje a juego con el de las mangas, mientras que las de la Fuente lucen escote de pico.

La fiesta continúa el lunes 2 de mayo con la celebración del Romero infantil, siendo los niños los grandes protagonistas. Y para aquellos que puedan alargar estos días de descanso y ocio, el martes día 3 cada cruz marcha al campo, junto a sus hermanos y a todos aquellos visitantes que quieran unirse, para vivir una jornada de convivencia alrededor de una buena mesa.

Si entre tanto acto tenemos algún momento de tranquilidad, no estaría de más acercarnos a conocer la mezquita Almonaster la Real. Datada entre los siglos IX y X es la única en España que ha llegado prácticamente intacta hasta nuestros días en un entorno rural y se encuentra dentro de los restos amurallados del castillo. Levantada sobre los restos de una basílica visigoda del siglo VI y después de la Reconquista, reconvertida en ermita cristiana está catalogada como monumento histórico desde 1931.