El aceite de oliva, llamado también ‘oro líquido’ al ser considerado un tesoro que posee propiedades muy beneficiosas para la salud, ha tenido desde tiempos inmemoriales un carácter divino, ya que se asociaba a los dioses y el cultivo del olivo era signo de paz y de prosperidad. De hecho, la paloma que simboliza la paz lleva atrapada en su pico una ramita de olivo. En Grecia, a la que muchos consideran cuna de la civilización moderna, la tradición mitológica cuenta que cuando Cécrope funda la que sería la futura ciudad de Atenas, los dioses Poseidón y Atenea compitieron por convertirse en protectores de la ciudad. Para decidir quién sería el elegido, los 12 dioses olímpicos establecieron que el honor recaería en quien ofreciera a la ciudad el mejor regalo. Poseidón lanzó su tridente en la Acrópolis y, según una versión, surgió un lago salado y, según otra, apareció un caballo, el animal más útil que desde entonces ha tenido el hombre. Atenea, quien a la postre sería vencedora del duelo y daría nombre a la nueva ciudad, hizo brotar un olivo.

El olivo y, sobre todo, el tesoro que brota en sus ramas en forma de aceituna y que, más tarde, habrá de convertirse en aceite, se convierten este próximo fin de semana (del 7 al 9 de febrero de 2020), en protagonistas de uno de los eventos, Oleozufre (XVIII Feria del sector olivarero de la Sierra), que más visitantes acoge la localidad de Zufre, ubicada en el Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Una zona del norte de la provincia de Huelva en la que el cultivo del olivar ecológico ha penetrado con enorme fuerza, contando con numerosas explotaciones dedicadas en exclusiva a esta modalidad. En concreto, en Zufre existe una almazara que solo trabaja olivar ecológico y elabora un delicioso aceite de oliva virgen extra de la variedad manzanilla serrana. Al mismo tiempo, la localidad celebra también la XIII Feria de Productos Serranos.